sábado, 31 de enero de 2015



MARIO BENEDETTI

LA TREGUA

Viudo y con tres hijos que no son sino en su vida satelites lejanos, Martín Santomé ya sólo espera la jubilación que va a liberarlo de una labor tediosa, pero también a enfrentarlo a una libertad que imagina con una rutinaria y aburrida senda hacia la tumba. Pero la llegada de Laura Avellaneda, la nueva empleada de gracia inasible, hace que en la vida de Martín surja un gran amor


Félix María Samaniego
(Laguardia, 1745- id., 1801) Escritor español, famoso por sus Fábulas morales. Junto con Tomás de Iriarte es considerado el mejor de los fabulistas españoles; la violenta enemistad surgida entre ambos ha pasado a la historia de la literatura.
Perteneciente a una familia noble y rica, tras los primeros estudios (llevados a cabo en el hogar paterno) fue enviado a cursar derecho a la Universidad de Valladolid, donde permaneció dos años sin llegar a concluir la carrera. En un viaje de placer a Francia se entusiasmó con los enciclopedistas, y se quedó mucho tiempo en tierra francesa; allí se le contagió la inclinación a la crítica mordaz contra la política y la religión tan grata a los hombres del siglo, y cierto espíritu libertino y escéptico que le indujo a burlarse de los privilegios y a rechazar, incluso, un alto EMPLEO en la corte que le ofreció el conde de Floridablanca.
A su regreso a España contrajo matrimonio y se estableció primeramente en Vergara, donde participó en la Sociedad Patriótica Vascongada, tendente a la difusión de la cultura en los medios populares, y de la cual llegó a ser presidente. Las fábulas escritas para que sirvieran de lectura a los alumnos del Real Seminario Patriótico Vascongado de Vergara son su obra más conocida. En 1781 se publicaron en Valencia los cinco primeros libros con el título de Fábulas en verso castellano, y en 1784 apareció en Madrid la versión definitiva, titulada Fábulas morales y formada por nueve libros con 157 fábulas.
Las fábulas de Samaniego se inspiran en las obras de los fabulistas clásicos Esopo y Fedro, y también del francés La Fontaine y del inglés J. Gay; todas ellas tienen una finalidad didáctica. De estilo bastante sencillo y métrica variada, muchas fábulas destacan por su espontaneidad y gracia: La lechera, Las ranas que pedían rey, El parto de los montes, La cigarra y la hormiga, La codorniz, Las moscas, El asno y el cochino, La zorra y el busto o El camello y la pulga.
La publicación de las fábulas de Tomás de Iriarte (que había sido su amigo) un año después que las suyas, con un prólogo en el que afirmaba que eran "las primeras fábulas originales en lengua castellana", irritó a Samaniego y desató una rivalidad entre ambos escritores que duraría toda su vida. Samaniego publicó anónimamente el folleto satírico Observaciones sobre las fábulas literarias originales de D. Tomás de Iriarte (1782) y, poco después, una parodia del poema La música, también de Iriarte, que tituló Coplas para tocarse al violín a guisa de tonadilla. Siguieron numerosos libelos, contestados con la misma violencia por Iriarte. Sin embargo, cierto espíritu volteriano confería a los ataques de Samaniego una crueldad mayor.
Con la subida de los Borbones al poder se produjo un proceso centralizador que entró en litigio con las instituciones forales del País Vasco. Al complicarse la situación, en 1783, Samaniego fue comisionado por la provincia de Álava para que de una manera directa gestionara los problemas provinciales en la Corte, aunque también tramitó otros asuntos regionales y de la Vascongada. En la capital, su actividad literaria fue intensa; asistió a reuniones y tertulias y gozó de la amistad de nobles y escritores. Participó en las polémicas teatrales de la época defendiendo el teatro neoclásico y la ideología ilustrada. Esta actividad cultural fue más exitosa que los progresos de las gestiones que le habían encargado. Tampoco llegó a buen puerto el plan de un Seminario para señoritas, que la Vascongada pretendía establecer en la ciudad de Vitoria.

De nuevo en Bilbao, volvió a llevar las riendas de su hacienda, bastante olvidada, y a frecuentar las antiguas amistades. En 1792 decidió llevar una vida más tranquila y se retiró a su villa natal, Laguardia. Dos sucesos rompieron su tranquilidad: por un lado, la invasión francesa del año 1793 que dejó malparadas sus posesiones guipuzcoanas; por otro, algunas poesías satíricas y licenciosas le valieron el principio de un proceso inquisitorial en 1793. El tribunal de Logroño llegó incluso a decretar la detención del autor. Samaniego evitó peores consecuencias gracias a la influencia de sus amistades en los altos niveles.

Tomás de Iriarte
(Puerto de la Cruz, 1750 - Madrid, 1791) Escritor español. Fue junto con Félix María de Samaniego uno de los fabulistas más importantes del siglo XVIII. Sobrino del académico Juan de Iriarte, a los trece años se trasladó a Madrid para vivir con su tío, lo que le permitió adquirir una sólida educación. Sucedió a su pariente como traductor de la Secretaría de Estado y ocupó el cargo de archivero del Consejo de Guerra.
Su figura destacó en los ambientes literarios y sociales. Frecuentó asiduamente la tertulia de la Fonda de San Sebastián donde trabó amistad con Cadalso y Nicolás Fermández de Moratín. Agudo crítico y gran polemista, mantuvo constantes disputas con Ramón de la Cruz, Forner y Samaniego. La fama le llegó con la publicación de la obra satírica Los literatos en cuaresma (1773), imprescindible para conocer a los escritores neoclásicos españoles. En 1777 tradujo en verso el Arte poética de Horacio. TRABAJO tan elogiado como controvertido fue el poema didáctico La música (1779), traducido a varios idiomas.
Su mayor popularidad se debió a las Fábulas literarias (1782), publicadas un año más tarde que las de Samaniego, donde reunió una serie de poemas satíricos y moralizantes que encierran muchas veces una burla feroz de sus coetáneos. El autor aplicó a estos apólogos los preceptos clasicistas, se hizo eco de las ideas estéticas imperantes en su tiempo y se sometió a las reglas de universalidad, unidad formal y didactismo.
A pesar de que sus versos presentaron una mayor variedad métrica que los de Samaniego, y buscaron la máxima sencillez y claridad, las rimas resultaron un tanto forzadas y nunca alcanzaron la vivacidad de las de su rival. No obstante, el gran acierto del autor consistió en trasladar fielmente al género fabulístico las normas dictadas por la preceptiva, como puede apreciarse en piezas como "El burro flautista", "La mona", "Los dos conejos" o "El caballo y la ardilla".


De su actividad teatral cabe destacar el monólogo Guzmán el Bueno (1787), el drama en prosa La Librería (1790) y tres comedias morales en verso, El don de gentes (1780), El señorito mimado (1787) y La señorita malcriada (1788), que tratan sobre la dificultad de educar a los hijos. Estas piezas son antecesoras de las comedias de Moratín y de la alta comedia del siglo XIX. Cuatro años antes de morir hizo realidad su deseo de ver publicada su Colección de obras en verso y prosa (1789).
José Joaquín Fernández de Lizardi
(México, 1776-1827) Escritor mexicano. Es el gran iniciador de la novela americana. En 1812 fundó el periódico liberal El Pensador Mexicano, suspendido por el gobierno de Fernando VII, pero cuyo título se apropió el autor como seudónimo. Su vigor polémico le enfrentó en repetidas ocasiones con el orden constituido. Tras la independencia, dirigió la Gaceta del Gobierno (1825). Sus obras narrativas, que reflejan sus posturas críticas, incluyen El Periquillo Sarniento (1816 y 1830-1831) yLa Quijotita y su prima (1818). También cultivó, con menos éxito, la poesía y el teatro. Su autobiografía, Noches tristes y día alegre (1818), contiene los primeros gérmenes del romanticismo mexicano.
Periodista por vocación y liberal influido por los enciclopedistas, aunque limitado por el ambiente de la colonia, José Joaquín Fernández de Lizardi es considerado no sólo como el escritor más importante de su país durante el primer tercio del siglo XIX, sino también como el autor de la primera novela, en el sentido moderno del término, que se escribió en América. Nacido hacia el final de la época colonial, la infancia de José Joaquín transcurrió en Tepozotlán, donde su padre ejercía la medicina en el Seminario de los Jesuitas. Hizo en esta población sus primeros estudios, que amplió después en el Colegio de San Ildefonso; pero no pudo terminarlos por falta de recursos.
Aunque entre sus primeras composiciones figura un himno dedicado al soberano español Fernando VII (Polaca en honor de nuestro católico monarca, el señor don Fernando Séptimo, 1808), Fernández de Lizardi se opuso pronto a la monarquía y abrazó los ideales independentistas. Apoyó la revuelta del cura Hidalgo y luego la causa de José María Morelos, escribió panfletos en defensa de la libertad de imprenta y contra el gobierno virreinal, y fue encarcelado en 1815, tras la derrota de Morelos. Fundador de múltiples publicaciones, la más célebre de todas ellas es El Pensador Mexicano, que duró de 1812 a 1814 y de la cual tomaría su seudónimo literario.
Con sus artículos y escritos luchó por la libertad de expresión y contribuyó a consolidar el ideario independentista. Escribió también versos desaliñados, de los que lo más interesante son las Fábulas (1817); intentó el teatro, sin resultado, en piezas como El negro sensibleAuto Mariano y otras. Pero se le recuerda más por sus artículos políticos y, sobre todo, por sus tres novelas, que inauguraron el género en el continente: El Periquillo Sarniento (1816), La Quijotita y su prima (1818) yDon Catrín de la Fachenda (1832).


FABULA DE TOMAS IRIARTE



El sapo y la lechuza
Una lechuza encontró buen refugio, en el hueco de un gran árbol. Y como sus hábitos son nocturnos, nunca dejaba el hogar en horas del día, por lo tanto sus vecinos no la conocían.
Un día, pasó un sapo y se detuvo bajo el gran arbusto y le dijo:
-Señora lechuza, ¿porque no asoma su cabeza, por la ventana así podremos comprobar si es bella o fea como suponemos?-.
La lechuza se asomó, mirando fijamente al sapo - que era mucho más feo que ella- y le respondió:

-Es verdad no soy bonita, por eso no salgo de día, pero usted que hace por aquí a estas horas, haciendo gala de su belleza, ¿No estaría mejor metido, dentro de algún agujero?

PERSONAJES: LECHUZA Y EL SAPO

CARACTERÍSTICAS NEO-CLÁSICAS.- Lenguaje simple, se basa en una critica social y tiene una expresión refinada.

MORALEJA.- Trata a los demás como quieres que te traten